Encontrar un restaurante vegano en un lugar que he frecuentado desde que era pequeña me invade de alegría. Es una muestra de que el veganismo, apenas conocido hace una década en nuestro país, va creciendo.
En Port Ginesta, junto con marisquerías y pizzerías, encontramos el restaurante Vegans N’Roses, ubicado a dos pasos de la playa. Se trata de un local amplio que es, además de restaurante, un centro cultural vegano: venden libros, ropa y productos sin ingredientes de origen animal. También organizan conciertos y otras actividades. Lleva abierto desde el verano de 2015.



Ofrecen una comida casera y ligera. Platos sencillos, sin grandes pretensiones: no es un menú espectacular, pero los ingredientes están bien combinados y se nota que la materia prima es de calidad. En la carta hay hummus, patatas fritas con diferentes salsas, cremas y sopas, torradas, hamburguesas, platos de legumbres con verduras o chorizo vegano, arroces, pasta, lasaña de la casa y fricandó de seitán.
Pedimos patatas con salsa de zanahoria, limón y pimienta, hamburguesa de la casa hecha con cebolla, patatas, pipas y arroz integral, lasaña de la casa tipo boloñesa. De postre, tostada con cacao y aceite.
La cocina está a la vista de los comensales. No utilizan microondas. Es un lugar para ir sin prisas, ya que sólo dos amables mujeres toman nota, cocinan y sirven.
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