Madrid y los calamares (fritos, se entiende). Los veganos podemos comer una versión del típico plato madrileño bocadillo de calamares (también hay la opción de comerlos en plato) en el B13 Bar Restaurante (situado en la calle de Ballesta, 13), una taberna auténtica 100% vegetariana con pegatinas reivindicativas. Porque también nos gustan las cosas sencillas.

A los calamares, se suma una muy lograda tortilla de patatas, bocadillos y platos combinados.

Por el pincho de tortilla de patatas, la ración de calamares fritos, dos bocadillos (los que podéis ver en las imágenes) y dos quintos pagamos 18,50 euros. ¡Demasiada comida! Nos sobró la mitad del bocadillo de seitán, que engullimos dos días más tarde. También nos ofrecieron una tapa de pimientos mientras esperábamos a los platos.

Está claro que la fórmula de este bareto gusta. A las 20.35, sólo 5 minutos más tarde de que abriera sus puertas, ¡ya no quedaban mesas libres! No aceptan reservas. Hay poco espacio y se forma una larga cola un tanto molesta para aquellos que están sentados en la barra lateral. Se pide la comida en la barra y te sirves tu mismo. El personal es eficiente y agradable.

Para quienes llegados a este punto se pregunten qué necesidad tienen los veganos de comer sucedáneos, les diré que ninguna. Podemos vivir sin ellos. Pero, particularmente, no puedo negar que me hace gracia comer falsos calamares fritos o tortilla de patatas sin huevo, pues son platos que me gustan y que han formado parte de mi dieta (de mi vida) durante muchos años. Además, considero que son un buen reclamo para acercar el mundo vegano a aquellos que lo desconocen.