Madrid no se ha declarado Veg Friendly, es decir, ciudad amiga de la cultura vegetariana y vegana, como ha hecho Barcelona, pero su oferta la supera ampliamente, al menos para mi gusto (¡y eso que todavía me queda mucho por probar!). Viajar a la capital española es todo un placer para el paladar vegano.
En marzo, visité la urbe, previa configuración de una ruta vegana que tenía como protagonista indiscutible al restaurante Rayén Vegano. En todos los artículos sobre restaurantes veganos madrileños que pululan por la red, destacaban este local. Y ahora entiendo el porqué: no se pueden decir más que maravillas. Además de la gustosa comida y el ambiente relajado, cabe destacar el buen trato de todo el personal.

El establecimiento es pequeñito -hay pocas mesas por lo que aconsejan reservar- y está decorado con gusto. De la cocina, cuelga un cartel en el que se puede leer que es un espacio libre de microondas. Y las coloridas tartas están a la vista en la barra. Trabajan con productos ecológicos y de proximidad.
Mi primera incursión fue para tomar el ‘brunch‘ (lo ofrecen todos los días de la semana de 10 a 12,30 aproximadamente). Incluía : café con leche vegetal (té o infusión), zumo, un gran bol con fruta de temporada con yogur y cereales, un plato con patés, mermeladas, kale, frutos secos y fruta (el que podéis ver en la foto), pan y postre (en la imagen, pastel de zanahoria y mousse de chocolate). Un brunch muy completo, variado y rico por sólo 12,50 euros.
Me gustó tanto que reservé para ir a comer antes de partir rumbo a Barcelona. Queríamos irnos con un muy buen sabor de boca. ¡Y así fue! Comimos de carta dos personas por poco más de 50 euros: tabla de ‘quesos’ veganos (¡los mejores quesos veganos que he probado nunca!), dos platos principales (los podéis ver en las imágenes), postre, bebidas y cafés.
Sin ninguna duda, se trata de uno de los mejores restaurantes veganos que he pisado hasta ahora.

[ACTUALIZACIÓN: El restaurante está cerrado]