Antes de cruzar las puertas de la tienda Ecocentre, situada en el barrio barcelonés del Eixample, un letrero con lucecitas blancas te advierte de lo que te vas a encontrar: Paradís Vegà (Paraíso Vegano, en castellano), dice. Más atinado imposible. Porque en Ecocentre aquellos que no consumen productos de origen animal no deben desmenuzar una a una todas las etiquetas ni quedarse con las ganas de comprar esa apetitosa magdalena de chocolate. Todo es 100% vegano.
Ferran Mateo abrió la primera tienda vegana de Barcelona en el año 2010 con el objetivo de ponérselo fácil a los vegetarianos estrictos y crear un punto de encuentro para el movimiento animalista. El negocio fue creciendo y en 2015 decidió trasladar Ecocentre a un espacio más amplio. Hoy, más de 150 metros cuadrados lo convierten “el supermercado vegano más grande de España”, afirma Helena Escoda, la empleada más antigua.
En Ecocentre (que también vende por Internet) se puede encontrar un amplio abanico de artículos que no implican sufrimiento animal, pero también productos ecológicos (actualmente, el 75% de los productos lo son -están marcados con una pegatina verde-), de consumo responsable y de proximidad; y de comercio justo. E incluso elaboraciones sin aceite de palma, la grasa para cocinar más consumida del mundo, cuyo éxito está acabando con decenas de miles de hectáreas de bosques
A medida que te adentras en la tienda, más sorprendida te quedas con la variedad y la originalidad de la oferta. ¡No falta absolutamente nada! A lo largo de dos largos pasillos, descubres desde alimentos más comunes como pasta, legumbres y conservas hasta sustitutos del huevo, helados elaborados con soja o arroz, embutidos, carnes y mariscos vegetales. “Sin ninguna duda, los trozos de pollo a base de vegetales de La Carnicera Vegetariana han sido el producto revelación”, explica Helena.
Pero, los productos más demandados siguen siendo los embutidos y quesos, tal y como afirma la veterana trabajadora, comprometida con la causa animalista. “Son ricos en proteínas vegetales y facilitan la transición a una dieta vegana”, explica, mientras me enseña el chorizo (o el preparado vegano con forma de chorizo, si se prefiere) y la sobrasada, que sin rastro de cerdo tiene un muy logrado sabor similar al de los tradicionales.
“Los quesos son la joya de la corona”, añade Helena, delante de la gran nevera dedicada a estos productos. Los hay de todos tipos, a las finas hierbas, con aceitunas o pimentón; rallado, en lonchas o para untar; estilo mozzarella para pizzas o emmental para gratinar. E incluso uno con “aroma parmesano”. Una muestra de que la innovación culinaria no tiene límites siempre y cuando haya voluntad.
Ecocentre no sólo ofrece comida, también venden libros y juguetes, productos de limpieza, cosmética y de higiene íntima que no han sido testados en animales y son menos agresivos con el medio ambiente. Y, por supuesto, no puede faltar una vitrina dedicada a los suplementos alimenticios, allí está la vitamina B12, vital para los veganos.
Gentes de todas las edades y condiciones acuden a Ecocentre, ya sea movidos por conciencia animalista o medioambiental, porque buscan alimentos más saludables o simplemente por curiosidad. Personas con alergias, intolerancias -hay una zona específica para celíacos- o con trastornos metabólicos.
“Ofrecemos dos gamas de productos: unos más básicos y otros delicatessen”, dice Helena. “Si te sabes organizar no tienes porque gastarte más dinero siendo vegano; y también es cierto que muchos artículos son más caros porque los comercializan empresas más pequeñas, tienen menos demanda y no reciben subvenciones como el sector pecuario”, argumenta.
Desde Ecocentre también se ayuda a asociaciones y entidades que fomentan el veganismo o el respeto hacia todos los animales y el medio ambiente. Por ello, cuentan con una sección con productos solidarios como calendarios, bisutería, láminas con ilustraciones, etc. “Cada vez se conoce más el veganismo, hay más interés sobre todo por parte de los jóvenes. Y la prensa también trata el tema con más respeto”, afirma Helena, quien añade: “Es una sensibilidad que está emergiendo; y en Barcelona ha crecido mucho el movimiento animalista”. Ecocentre es un ejemplo de ello. Y es la demostración de que es perfectamente posible alimentarse bien, vivir, sin ser cómplice del sufrimiento animal.
Puedes encontrar una versión de este artículo en la revista Mundo VEGANO
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