La misión era encontrar un desayuno vegano en Wellington. Encontré en Happy Cow una panaderia vegana cerca del hotel en el que nos alojábamos y allí que fuimos. Sweet Release Cakes and Treats se llama y está situada dentro del mercado (148, Willis St) . Es un local pequeñito con un par de mesas fuera. Todo tenía muy buena pinta: muffins, tiramisú… Pero no pude probar nada. No aceptaban tarjetas de crédito extranjeras y no tenían cambio para el billete que llevábamos. Al cerrar pronto (a las 16.00) no me dio tiempo a volver por la tarde.
Acabamos por casualidad (o no) en Neo Cafe & Eatery (132, Willis St), una cafetería moderna con opciones veganas. Nos sirvió un majísimo camarero neozelandés de padres malagueños, quien en un inglés perfecto me ayudó a escoger un desayuno sin ingredientes de origen animal. Se me hizo la boca agua al ver la palabra avvocato (aguacate, en español).

La verdad es que acabé comiendo aguacate casi cada día de mis vacaciones en Nueva Zelanda aprovechando que por unos dos dólares neozelandeses (1,26 euros al cambio actual), podías comprar ¡un kilo! Pero si sois de los nostálgicos… en las antípodas también podéis comer churros, ¡santos!

Con el estómago lleno y a tope de energía, ya podíamos visitar los estudios Wetacave para ver trolls y a Gollum, tocar las manos de los hobbits o probarme la cota de malla de mithril de Frodo...
¡Y para comer, una de tacos explosivos en Boquitas!